lunes, 9 de diciembre de 2013

Crónica de conciertos: Agnostic Front + Grankapo + Truth Through Fight, Sevilla, 03/12/13


Que una banda de leyenda como Agnostic Front estuviesen en esta ciudad, normalmente olvidada para este tipo de eventos (aunque de un tiempo a esta parte, no tanto), era algo a lo que había que asistir, más aún si hay gusto por el Hardcore neoyorkino, sin ser un gran conocedor del estilo. Y aunque nunca fueron mis favoritos del estilo (siempre me tiraron mucho más Biohazard, para qué negarlo), había que verlos y comprobar de primera mano si son merecedores de su reputación. A esto os puedo responder con un rotundo sí.

No obstante, antes del plato fuerte, todavía quedaban dos introducciones, que respondían al nombre de los jerezanos Truth Through Fight, y los lisboetas Grankapo, estos últimos, además eran teloneros de toda la gira peninsular de los norteamericanos.

Eso si, si hubiese que poner un par de peros, sería al precio de las entradas, demasiado alto para una banda de este estilo, 18 anticipada y 25 en taquilla me parece excesivo, más aún porque el tipo de público de Hardcore y el Punk es muy fiel, y si bien la asistencia no fue mala, teniendo en cuenta que hablamos de un martes, con un precio más bajo, habría sido mejor. No entraré de quién fue la idea, si del promotor, la propia banda... pero haber aflojado la correa habría tenido mejores resultados.

Lo que si es más habitual en esta ciudad nuestra, es el retraso a la hora de empezar los conciertos. De las 20:00 como hora estipulada a casi las 21:30. Si fuese en un polígono, no importaba tanto, pues allí no molestamos a nadie, sea el día que sea, pero en la Sala Malandar, en una avenida tan transitada como es Torneo, donde vive gente, y sobretodo mayor, hay que tener más cuidado, porque a las 0:00 cogen y te cierran el sistema, para evitar denuncias por ruido (las bandas de Semana Santa y las procesiones, saturan la calle, hacen ruido, pero curiosamente, no molestan nada, serán cosas mías...).

Pero ahora si, y centrándonos en la música, que para eso estas aquí leyendo, ninguna queja puedo poner, independientemente de gustos personales.

Truth Through Fight son uno de estos grupos, que poco a poco y en silencio trabajan sin descanso, y que van logrando sus metas. Tienen una pequeña pero fiel legión de fans y han girado por toda España, y como quién dice, son de aquí al lado. Ellos mismos se denominan Positive Hardcore, al estilo de Have Heart para tener una referencia más clara, en el sentido de letras sobre la perseverancia, creer en ti mismo, luchar por lo que quieres...

Musicalmente lo esperado, Hardcore "de toda la vida" sin caer en las tentaciones modernas de sobrepoblar cada tema de breakdowns innecesarios, y en un punto medio, ni demasiado embrutecidos, pero ni excesivamente melosos. Al César lo que es del César y aunque no son mi estilo predilecto, en sus escasos 20 minutos de actuación (es lo que tienen los temas de minuto, dos minutos), hicieron un buen papel, lastrado únicamente por los problemas de sonido ocasionales que hacían que de vez en cuando no se oyese algún instrumento. Aún así se notaba que telonear a unos titanes motivaba, y le pusieron ganas.

Grankapo, afortunadamente tuvieron más tiempo, pero seguimos hablando de poco más de media hora. Venían "presentando" su segundo disco "The Truth" y digo presentando entre comillas porque hace ya dos años desde su salida, 2011, y en estos tiempos donde mil bandas sacan discos cada mes, dos años son un mundo, y cada vez es más difícil destacar. Pero si los propios Agnostic Front los han escogido, por algo será. Su propuesta es un Hardcore más parecido al de los neoyorkinos, con más influencia del Thrash, aunque sin llegar al Crossover que practicaba la banda de Miret y compañía por los tiempos del "Victim In Pain".

Agresividad tenían de sobra los lisboetas, al menos en su propuesta musical, sin embargo, tal vez porque el sonido no era todo lo acertado que debía, no sonaron tan tan brutos como en estudio. No quiere decir que estuvieran sosos ni nada parecido, de hecho los primeros pogos empezaron a formarse durante su actuación, ni ellos pararon de moverse, simplemente que faltaba "fuerza" en los altavoces, una especie de "quiero y no puedo" que desde luego no fue por falta de actitud, ni mucho menos. Una buena impresión, que sin embargo sabemos que podría haber sido incluso mejor. Al menos me dejaron con ganas de más, y no solo por el tiempo.

Finalmente llegaba el turno para los jefes de la noche... y aquí no hubo medias tintas, tras la intro de rigor, salieron a saco con The Eliminator y aquí ya se desató la locura más absoluta: los empujones llovían, más que público era a una enorme masa ingente de cuerpos que de vez en cuando elevaban a uno de ellos sobre el escenario para que este saltase y se fundiese de nuevo con el resto. ¿Por qué será que en estos conciertos los stage diving se multiplican por mil?

Si el comienzo fue abrasador, las siguientes, con Dead To Me, My Life My Way, That's Life y For My Family, o lo que es lo mismo, los trallazos de los últimos discos, uno tras otro, casi sin pausa, y demostrando que da igual que estén en sus cuarenta tardíos, todavía tienen mucha guerra que dar, y mucho que enseñar a las bandas jóvenes, sobretodo de llegar a rozar el medio siglo con la energía intacta, meritorio teniendo en cuenta de qué tipo de música estamos hablando.

No faltaron tampoco Victim In Pain, que es una auténtica patada en la boca, corta pero intensa, Crucified, la coreadísima Gotta Go o Police State. Afortunadamente, y porque se nota que tendrán a su técnico de sonido en la mesa, los problemas desaparecieron y sonaron como tendrían que sonar. Pero, y a pesar de lo extenso de su catálogo, pero con temas muy breves, apenas sin llegar a la hora se despedían con otro trallazo bajo el nombre de Addiction. Tras la cual, y después de una breve pausa, algo normal, pues no pararon apenas en todo el repertorio, salvo para agradecer al público su asistencia y pedir circle pits (y es que Roger Miret es un frontman carismático como pocos y un auténtico icono), volvían al escenario para tocar ese corto y desconcertante chiste como es Pauly The Dog, cantada como siempre por el veterano guitarrista Vinnie Stigma, que celebraba su cumpleaños. Y para finalizar, la versión de los Ramones que inesperadamente ha tenido un éxito tremendo. Personalmente nunca le he visto el mayor encanto de Blitzkrieg Bop, pero enfurecida en manos de los neoyorkinos, engancha y resulta más entretenida que la original, a pesar de que sea un sacrilegio lo que he dicho.

Y cerrando el círculo, vuelvo a comentar lo que dije en el primer párrafo. Los años apenas se han notado en el emblemático grupo. Algún purista me dirá que me equivoco, que antes eran más salvajes, y lo entiendo, el tiempo pasa para todos, pero que realmente no hayan tenido ningún bajón ni en estudio ni en directo, es para hacer el esfuerzo e ir a verles. Solo así se entiende lo que es el Hardcore de verdad, sin añadidos artificiales.

Fotos cedidas por Alba Correa.

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